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Los cuentos y las cuentas del Niemeyer



CARMEN SELA
El Niemeyer es el más claro ejemplo de lo que jamás se debería haber hecho con el dinero público: incumplimiento de la legalidad, ocultación de cuentas, gastos desmesurados y, en consecuencia, 2.400.000 euros de pufo para todos los asturianos.
       Pero que no se lleven a engaño aquellos que piensan que el Niemeyer les pilla muy lejos. Porque desde Castropol a Ribadedeva y desde Ibias hasta Ponga, todos hemos sufragado, desde sus inicios, los gastos de este Centro con el dinero de nuestros impuestos que, entre la construcción del edificio y las aportaciones públicas para su gestión, han sido, nada más y nada menos que de 63.800.000 euros, es decir 10.630 millones de las antiguas pesetas. Algo de lo que podríamos estar orgullosos si, al menos, se hubieran cumplido los fines para los que fue creado y su gestión hubiera sido la que se esperaba de unos patronos responsables, honestos y además en su mayoría representantes de las instituciones públicas.
       Los cuentos de la Fundación Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer empezaron cuando se constituyó en diciembre del año 2006 con el fin, según consta en sus Estatutos, de gestionar el Centro Cultural y convertirlo en uno de los principales motores dinamizadores de la vida cultural, social y económica del Principado de Asturias, pero además encontramos entre sus fines el de «luchar contra la pobreza, reducir las desigualdades y reforzar la cohesión social».
       Y el deber de sus patronos, sobre todo el de los representantes de las instituciones públicas que forman parte del patronato: Gobierno del Principado, Ayuntamiento de Avilés, Puerto de Avilés y Ministerio de Educación, era el de velar por el buen funcionamiento de la Fundación, cumplir la legalidad y lograr sus fines, cosa que evidentemente no hicieron y en la actualidad nos encontramos con que la Fundación, además de todo lo gastado, se encuentra en concurso de acreedores con una deuda de facturas impagadas de 2.400.000 euros que el actual Gobierno socialista pretende que paguemos todos los asturianos.
       Así pues, nos encontramos con que, a poco más de un año del Centro Cultural abierto al público, se han gastado casi 9 millones y medio de euros en su gestión, el 90% con fondos públicos. Y lo que iba a contribuir al desarrollo económico de Avilés y de toda Asturias, se ha convertido en un pufo de 2 millones y medio de euros a 148 empresarios de dentro y fuera de Avilés.
       Pero lo más escandaloso es que este hecho lo conocemos gracias al trabajo de los administradores concursales que, a través de las filtraciones a los medios de comunicación, fueron los que nos descubrieron el engaño de las últimas cuentas presentadas por la Fundación y anunciadas por su presidenta, la actual consejera de Cultura, que aseguraba sólo pocos días antes que la deuda era de un millón de euros cuando la realidad del pufo era de más del doble: 2.400.000 euros.
       Pero a esta situación no se ha llegado por casualidad. El resultado de esta situación es la gestión negligente y falta de toda responsabilidad tanto de algunos de los patronos de la Fundación como de los altos cargos contratados que, lejos de administrar los bienes con los que contaban para una verdadera promoción del Centro, se dedicaron a despilfarrar año tras año los fondos públicos de todos los asturianos y de los de Avilés por partida doble.
       La realidad es que, cuando FORO ganó las elecciones, el Patronato, dirigido por Vicente Álvarez Areces, como Presidente de Honor, pilota una reunión con su propio Gobierno en funciones, se autonombra Presidente Patrono de Honor con cargo vitalicio y deciden cambiar de manera ilegal los Estatutos para dejar al nuevo Gobierno de FORO con una representación minoritaria y arrebatarle la presidencia de la Fundación. Además, se niegan a hacer una auditoría, que por otro lado era su deber porque así consta en los Estatutos, y a convocar reunión del Patronato, dejándonos fuera de todo control de la entidad. El tiempo nos dio la razón, ya que el Protectorado y el Registro de Fundaciones, que son los organismos encargados de vigilar la legalidad de las fundaciones, han declarado nulos dichos acuerdos por no ajustarse a la Ley.
       Y, además, pasamos de los cuentos a las cuentas. Los datos de los que disponemos para hacer estas aseveraciones no son ni inventados ni fruto de ninguna conspiración política sino del contenido de las actas del Patronato y de un Informe de Control Financiero realizado por la Consejería de Hacienda y que da cuenta de innumerables irregularidades cometidas por el Patronato y sus gestores durante los periodos comprendidos entre 2007- 2010 y que reflejan entre otras:
       • Todas las cuentas fueron presentadas fuera del plazo legal que establece la ley y además se presentaron sin la información de la relación de los patronos asistentes, sin las firmas preceptivas y sin el plan de actuación que debería haber sido aprobado por el Patronato y remitido al Protectorado en los tres últimos meses de cada ejercicio.
       • Las memorias de dichas cuentas están incompletas y en ellas no se recoge la justificación de los gastos. Por poner un ejemplo, en el ejercicio 2010 solo se pudieron justificar 13.606 euros de los 614.913 gastados, llegando a la cantidad total de 1.576.916 de gastos sin justificar en el periodo 2007-2010, lo que ya sería motivo de devolución de subvenciones concedidas a la fundación.
       • Se contrataron servicios a terceros por más de 12.000 euros sin pedir las tres ofertas que exige la ley, es decir, concesión de servicios ‘a dedo’.
       • En el año 2007, con el Centro cerrado, se gastaron en viajes, hoteles y restaurantes 120.000 euros y en 2008, todavía dos años antes de su apertura, más de 300.000 euros. Aquí es donde nos encontramos con los famosos viajes en los hoteles de cinco estrellas lujo: viajes a El Cairo, Hong Kong, Reino Unido, Tánger, Nueva York, Japón, Portugal, París o Cannes y numerosas facturas de restaurantes de reconocido prestigio junto con los famosos gin-tonics que tanto dieron que hablar y de los que tanto se rieron los políticos socialistas. Pero los ciudadanos de a pie sabemos trascender la noticia y no nos quedamos con los 3, 6 o 20 euros que puede costar uno o varios gin-tonics. Lo que nos preguntamos es de qué sería capaz el Director del Centro Niemeyer, si con un sueldo de 7.000 euros al mes y todos los gastos pagados todavía salía del hotel de lujo a tomar un gintonic y era capaz de pedir el ticket, guardarlo y entregarlo la semana siguiente en la Fundación para su cobro. ¡Bonita manera de luchar contra la pobreza! La miseria humana no tiene límites.
El actual Gobierno socialista sigue queriendo engañar culpando a FORO del perjuicio que sus gestores ocasionaron a la Fundación Niemeyer, cuando la verdad es que nuestros representantes nunca pudieron asistir a ninguna reunión del Patronato ni gestionamos un solo euro de sus cuentas. Por el contrario, y debido al bloqueo al que nos abocaron, decidimos gestionar el centro desde la Consejería de Cultura durante 8 meses en los que se organizaron 38 eventos con un presupuesto de 380.000 euros, bastante menos de lo que los patronos socialistas acostumbraban a malgastar en un solo evento, o cualquier otra locura que se le ocurriera a su director y que, ellos, patronos públicos del honor y del deshonor, permitían, como por ejemplo el viaje de Woody Allen en avión privado que nos costó a todos 48.000 euros.
       El mayor ‘pecado’ de FORO fue sin duda el de atreverse a denunciar y poner en conocimiento de la ciudadanía todas las irregularidades que fuimos conociendo, porque era nuestra responsabilidad y porque pensamos, entre otras cosas, que para eso nos votaron los asturianos. Pero será el ciudadano el que diga si prefiere que un partido político, con su silencio y acomodamiento, entre en connivencia con este tipo de actuaciones o su obligación es la de denunciar los hechos, restablecer el orden y buen funcionamiento de los organismos financiados con fondos públicos y pedir responsabilidades. Y también será el ciudadano el que juzgue si con nuestra actitud quisimos desprestigiar al Niemeyer o levantarlo con el orgullo que se merece, si quisimos crispar a la sociedad asturiana o hacer lo que le prometimos: ser honestos y transparentes.
       Lo que sí sabemos es que la pretensión del actual Gobierno es la de que volvamos a ser todos los asturianos los que asumamos el pufo de los 2,5 millones de euros. Desde FORO esto y todo lo demás nos parece, además de una tomadura de pelo, un auténtico atraco a mano armada, por lo que no estamos dispuestos a que seamos los asturianos otra vez los ‘repaganinis’ de todas las tropelías. Así que, amparados tanto en la Ley de Fundaciones como en el Código Civil, hemos presentado una moción que ha aprobado el Parlamento asturiano pidiendo responsabilidades a los verdaderos causantes de las negligencias. El Ayuntamiento de Avilés también aprobó una moción en el mismo sentido, y en ambos casos con el voto en contra del PSOE. Los socialistas han demostrado que sus palabras y sus hechos no forman parte de un mismo camino.